Héctor Villablanca: “El comercio online nos ha favorecido bastante y nos ha permitido crecer”
Para hacer frente al efecto de la pandemia en las ventas, Cecinas Villablanca se posicionó entre los productores de embutidos artesanales de Chillán que mejor incorporó el e-commerce a sus operaciones, marcando otro hito en su centenaria historia como negocio familiar.
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La pandemia impulsó a Chillán, la cuna de los embutidos artesanales en Chile, a dar pasos acelerados en el comercio online luego de que la crisis sanitaria forzara el cierre de las tiendas físicas que habían sido clave, hasta entonces, para su crecimiento local y a nivel del país.
Y es que la Región del Ñuble tuvo extensos períodos bajo confinamiento, lo que obligó a las fábricas tradicionales a buscar nuevas tácticas de ventas, ante el avance de grandes competidores en el mercado local por medio del e-commerce.
Este es el caso de Cecinas Villablanca, una compañía que forma parte de la centenaria comunidad y que contribuyó a construir la fama de las longanizas de Chillán, junto a otras 40 compañías familiares que se dedican al rubro.
El presidente de la firma, Héctor Villablanca, relató que las dificultades para la elaboración de embutidos en ese polo de estos productos a nivel nacional se dieron en un comienzo de la emergencia. Pero rápidamente la firma puso luego en marcha un plan para impedir que bajaran las ventas en sus cuatro locales comerciales.
“Poco a poco hemos ido mejorando, lo que impidió que la pandemia nos afectara tanto. En el último año tuvimos un crecimiento de hasta 15%, porque no nos ha faltado la materia prima y los precios no han subido tanto, como sí ha ocurrido, por ejemplo, con la ferretería”, comentó el directivo.
Villablanca agregó que también vieron impacto en positivo de los tres retiros de los fondos previsionales, lo que favoreció el incremento del consumo.
“Se nota cuando las personas tienen recursos porque ves el supermercado lleno de gente. Esto también fue un gran aporte” para nuestra operación, apuntó el empresario.
La expansión del despacho online
La historia de Cecinas Villablanca se remonta al año 1900, cuando el fundador de la firma -José Luis Villablanca Troncoso- empezó a trabajar en la que sería poco después su primera fábrica, y en la que se elaboraban chorizos, arrollados, quesos de cabeza, chuletas y costillares en forma local.
Al inicio, el local estaba emplazado en un área de apenas 20 metros cuadrados, pero con los años fue creciendo y se mudó luego a un espacio de 200 metros cuadrados en Avenida Collín Nº976, en pleno centro urbano de Chillán, desde donde logró desarrollar un punto de venta con mayor alcance regional.
Desde ese emplazamiento, la alta demanda los fue llevando a aumentar su capacidad con nueva maquinaria y a abrir otros locales para atender a un mayor número de clientes.
Ahora, nuevos cambios están ampliando las fronteras físicas de la empresa para aventurarse a salir de su clásica posición en la zona, ya que la incorporación del e-commerce en la operación de Cecinas Villablanca “nos ha favorecido bastante y nos ha permitido crecer mucho”.
Héctor Villablanca destaca que esa estrategia ha sido vital para atender a los clientes, considerando que “el consumidor local tiene una gran preferencia por los productos artesanales y los grandes fabricantes de longanizas no entran mucho” en la zona.
Así las cosas, el empresario comentó que, aunque el foco continúa puesto en el consumo chillanejo, ahora ve más posibilidades que antes de poder competir fuera de la Región del Ñuble.
Proceso de expansión
Actualmente la compañía está en proceso de ampliarse para salir del radio urbano y buscar una propiedad a las afueras de la ciudad. Es que una de las lecciones que sacó el empresario para su ciudad y toda la Región del Ñuble, es aprovechar el impulso desarrollado para enfrentar la la pandemia para promover una política pública que permitiera descentralizar el comercio local.
“Todo en Chillán está muy amontonado y tenemos que organizar el urbanismo”, agregó.
En paralelo, Héctor Villablanca está preparando a las nuevas generaciones para que tomen las riendas de la fábrica y continuen con el legado familiar.